EM., 09-10-09.
Según especialistas, los niños serán los más afectados por cambio de hora este fin de semana porque tardan entre dos y tres días en adaptarse al nuevo horario. Mientras tanto, estarán un poco irritables, desconcentrados y somnolientos.
Por Natacha Ramírez.
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SANTIAGO.- El "horario de verano" que comenzará a regir este fin de semana -cuando los relojes se adelanten una hora- generará positivos efectos sobre el estado anímico de las personas debido a la mayor cantidad de luz que comenzarán a tener las tardes. Sin embargo, más lento que los relojes, el organismo también deberá "ajustarse" al nuevo horario, lo que durante los primeros días acarreará algunas alteraciones, sobre todo en los más pequeños.
Según explica la psicóloga de la Universidad Central, Claudia Román, las funciones orgánicas más afectadas por el cambio de hora son aquéllas que regula la luz, como el sueño y la alimentación. En este sentido, precisa que los más vulnerables son quienes tienen "una rutina diurna muy marcada", especialmente los bebés y niños hasta 6 años, y los ancianos.
"Para los niños, sobre todo entre 0 y 3 años, el cambio de una hora es demasiado brusco y afecta su ritmo biológico", afirma la educadora de párvulos Nieves Beauchemin, quien explica que "para los más pequeños no existe la noción de tiempo representacional, por lo tanto, su noción temporal está determinada por eventos ambientales, y mientras más pequeño, más depende de estas variables".
Al respecto, el neurólogo infantil del Hospital Clínico Universidad de Chile, Dr. Yuri Dragnic, explica que las principales alteraciones en los niños se relacionan con el déficit de sueño que se genera al adelantar en una hora el reloj, lo que les suele provocar "cierto grado de irritabilidad y menor capacidad de atención y concentración, fenómenos asociados a la somnolencia diurna".
A esto se agrega que, sobre todo el primer día, los niños están más expuestos a andar con hambre debido a que comen una hora después. "Porque las mamás en general, salvo que sea el primer hijo, se empiezan a regir por el horario nuevo para toda la familia, sin excepciones", apunta Román.
El Dr. Yuri Dragnic indica que la adaptación al nuevo horario, en el caso de los niños, se logra en unos dos o tres días, mientras que en los adultos es, por lo general, uno o dos días más lenta.
A pesar de esto, la psicóloga Claudia Román explica que en los adultos los efectos del cambio de hora suelen ser más "leves" que en los niños y que las personas logran "recuperar todo el sueño 'acumulado' en el primer sueño reponedor". A esto se suma que el organismo de los adultos "ya está un poco acostumbrado a este cambio, porque se produce todos los años cada seis meses".
Por este motivo, detalla que no debería repercutir mayormente en la concentración ni en el rendimiento en el trabajo, aunque los más susceptibles podrían ser quienes anden un poco deprimidos. Una atención especial, eso sí, deben prestar quienes estén tomando medicamentos, sobre todo los ancianos, pues deben seguir consumiéndolos según el horario anterior.
Cómo atenuar efectos del cambio de hora en los niños.
Para aminorar las repercusiones en los más pequeños, los especialistas recomiendan adelantar en 15 a 20 minutos sus rutinas vespertinas, incluyendo la alimentación y la hora de acostarse. Esta medida se debe adoptar en forma progresiva desde el tercer día previo al cambio de horario.
"De esta forma, el día del cambio horario el organismo del niño estará fisiológicamente adaptado a la nueva situación", explica el neurólogo infantil Yuri Dragnic.
La parvularia Nieves Beauchemin, de Enac, entrega algunos consejos prácticos para "acomodar al niño al nuevo horario". Sugiere "realizar actividades tranquilas antes que se acuesten, como dibujar, contarles cuentos y bañarlos con agua tibia para que puedan relajarse y dormir antes".
En su opinión, durante esos días es recomendable que los niños dejen de lado actividades que fomenten su estado de vigilia, como ver televisión o jugar a la pelota antes de acostarse.
Junto a esto, remarca que "los padres deben ser más flexibles con los horarios de los niños, al menos durante los primeros días, dándoles la posibilidad de levantarse un poco más tarde".
Pese a las alteraciones orgánicas que pudiera generar en un comienzo, la psicóloga Claudia Román destaca que la mayor cantidad de luz en las tardes "se asocia a efectos positivos y placenteros en las personas, la gente va andar con más ánimo y energía para hacer más actividades al aire libre".
viernes, 9 de octubre de 2009
Cómo nos afecta el cambio de horario.
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