domingo, 22 de febrero de 2009

El efecto de dormir mal puede confundirse con depresión.


EM., VyS., 20-02-09.

La mala interpretación de problemas derivados del sueño hace que personas reciban tratamientos que no necesitan.

"Se está tratando a algunos niños con medicamentos como el Ritalin, cuando lo que tienen es un trastorno del sueño", advierte Mark Kohler, del Hospital para Mujeres y Niños de Adelaida (Australia).

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Dormir mal y poco puede causar desórdenes psiquiátricos o, incluso, puede inducir comportamientos que los médicos confunden con una enfermedad mental que requiere de tratamiento.

Ésta es la conclusión de un trabajo que publica la revista New Scientist y que destaca que esta mala interpretación de los problemas derivados de no dormir bien hace que miles de personas estén recibiendo tratamientos farmacológicos que no sólo no les ayudan, sino que podrían estar empeorando su condición.

El psicólogo Matt Walker, de la Universidad de Berkeley, en California, considera "muy preocupante" que un importante porcentaje de personas que sólo sufren trastornos del sueño estén siendo tratadas como si tuvieran una enfermedad psiquiátrica.

El estudio da la vuelta a la conclusión compartida por la mayoría de los psiquiatras de que las personas con enfermedades mentales duermen mal y que es un síntoma más del problema, antes que una causa.

"Es fácil decir que es normal que un paciente depresivo o con esquizofrenia no duerma bien y no preguntarse si hay una relación causal en sentido contrario", coincide Robert Stickgold, experto de la Unidad del Sueño de la Universidad de Harvard.

Stickgold afirma que aunque ha habido investigaciones que ofrecen datos para pensar que los malos hábitos de sueño son un factor favorecedor de los trastornos mentales, la línea general de la psiquiatría tendía a no tenerlos en cuenta.

Abuso de fármacos.

Algunos estudios plantean que el insomnio predispone a desarrollar un proceso depresivo.

Dormir mal también puede explicar otros comportamientos característicos asociados a otras enfermedades mentales como los episodios maniacos que sufren las personas con trastorno bipolar o las que presentan problemas de déficit atencional.

Es la falta de sueño lo que provoca los problemas, y no al revés. La explicación física es que el sueño interrumpido dispara los niveles de estrés hormonal y que esto causa ansiedad durante el día, pero lo que los científicos se preguntan es por qué también reduce la capacidad del cerebro para procesar emociones y para reaccionar de manera adecuada a diversos estímulos.

La preocupación de los médicos que defienden esta línea es que se está abusando del uso de fármacos para tratar a gente que sólo necesita dormir más o mejor, incluidos los menores de edad.

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