lunes, 8 de septiembre de 2008

Cartílagos de la rodilla: cuidando los meniscos.

EM, Deportes, 08-08-08.

La conservación o reparación de estas estructuras resulta clave para el deportista. La bioingeniería ha dado un paso importante con el implante de colágeno.

Dr. Mauricio Purto.

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Durante mucho tiempo los cartílagos de la rodilla se extraían total o parcialmente en caso de ruptura, con una secuela, en el mediano y largo plazo, de desgaste de los huesos -artrosis- y con alguna pérdida de la estabilidad de esta importante articulación.

Hoy existen técnicas para suturar los meniscos e incluso implantarlos, protegiendo así la integridad de la rodilla.

Los meniscos son dos estructuras cartilaginosas de forma de semiluna, localizadas al interior de la rodilla, entre los extremos de los huesos fémur y tibia. Cumplen importantes funciones biomecánicas, como amortiguador, absorbiendo impacto, y distribuyendo la carga y la transmisión de las fuerzas que se aplican a esta articulación, además de lubricarla y estabilizarla, aumentando la superficie de coaptación entre los huesos.

Los meniscos reciben sangre, y por tanto oxígeno y nutrientes, sólo en su tercio periférico, por lo que su capacidad de cicatrización es muy limitada. Por eso ante una ruptura total o parcial la recuperación es baja. Y los restos del cartílago que quedan sueltos en la rodilla pueden dañarla más. En este caso la cirugía es la terapia, que avanzó a pasos agigantado con la artroscopia, que permite hacer cirugía a través de sólo dos pequeños orificios que permiten visualizar desde afuera la articulación e introducir pequeños instrumentos que se manejan también desde el exterior, optándose la mayoría de las veces con extraer el pedazo de cartílago que se desgarró del resto del menisco, o removerlo si aún permanecía parcialmente unido.

Sin embargo, la pérdida del menisco de la rodilla aumenta la concentración de tensiones en las superficies articulares del fémur y de la tibia, causa inestabilidad, y favorece el desgaste y el desarrollo de la artrosis.

Pero hay otras alternativas. Podemos suturar el menisco siempre y cuando la rotura se encuentre en una zona que reciba sangre y que la calidad del tejido del menisco sea buena. Y hay más posibilidades de cirugía reconstructiva.

Porque sobre todo en la medicina deportiva, la conservación o reparación del menisco es importantísima: el deportista debe contar con una rodilla "inteligente", estable, y resistir la sobrecarga de la competencia.

La bioingeniería buscó reproducir el tejido fibroso y cartilaginoso del menisco, lográndose implantarlo en la rodilla. Se trata del implante meniscal de colágeno. El implante es suturado como un todo, o al menisco que queda, y facilita la regeneración natural del tejido, restaurando la función, reduciendo el dolor y deteniendo el proceso degenerativo que comienza con la pérdida de parte o de todo un menisco.

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