lunes, 24 de noviembre de 2008

A 200 años de su nacimiento, las ideas evolucionistas de Charles Darwin están por todas partes.


EM., CyT., lunes 10 de Noviembre de 2008.

En los últimos 40 años la perspectiva evolucionista planteada por Charles Darwin se ha transformado en el paradigma científico explicativo más influyente para comprender al ser humano desde ese ámbito, y una de las claves para entender su comportamiento individual y social.

RICHARD GARCÍA.

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El mundo no se puede entender de una manera estática sino que evolutiva. La idea, cimiento de la teoría de la selección natural de Charles Darwin, ha trascendido para transformarse en un paradigma que explica no sólo el funcionamiento de la biología, sino que también ha influido en las ciencias sociales.La cooperación, el amor y hasta la moral tienen bases evolutivas, asegura Álvaro Fischer. Este ingeniero matemático preside la Fundación Ciencia y Evolución integrada por científicos, empresarios, economistas, médicos y académicos interesados en el pensamiento del naturalista.

En "El Mercurio" se realizará la ceremonia de lanzamiento de su proyecto "El legado intelectual de Darwin en el siglo XXI, a 200 años de su nacimiento", con la que dan inicio a sus actividades hoy a las 19:30. No buscan idolatrar al personaje, sino que apuntan al debate intelectual.

Según Fischer, hay elementos clave que mantienen vigente el pensamiento de Darwin. La idea de la selección natural es coherente -por algo The Economist la eligió como la propuesta científica más exitosa en la historia de la humanidad, ya que va a cumplir 150 años sin variaciones-, permite describir las distintas facetas de las conductas humanas bajo una conceptualización común y entrega evidencia empírica y capacidad para formular hipótesis.

Un ejemplo es la psicología evolutiva. Detrás de nuestras conductas altruistas, que benefician a un tercero pero significan un costo para nosotros, estamos preservando la especie, comenta Fischer. Basta mirar las hormigas, las que, según el biólogo William Hamilton, trabajan para cuidar los huevos de su reina que se transformarán en adultos. O los vampiros, que cuando salen a buscar sangre no todos tienen la suerte de conseguirla. Pero los que lo hacen la regurgitan en la boca de sus compañeros menos afortunados. En otra incursión, la generosidad será retribuida. Y los chimpancés, que rascan la espalda de su compañero, el que a cambio les entrega alimento.

Esta colaboración mutua también se ve en los humanos. La economía es un ejemplo: "Todos confiamos en que haya otro produciendo alimento mientras yo cumplo mi rol; así el sistema funciona. Si no, cada uno tendría que conseguir alimento por su cuenta. La división del trabajo se basa en la reciprocidad".

Los rasgos nuestros no son sólo anatómicos o fisiológicos, sino también mentales, sostiene. "Los procesos de información que se producen en nuestro cerebro, el sistema emocional, la capacidad de ver en tercera dimensión, equilibrarnos al caminar o aprender a hablar, están de alguna manera precableadas, encriptadas en los genes que fueron seleccionados durante este proceso evolutivo".

Seminarios en 2009.

Para 2009, la Fundación Ciencia y Evolución (http://www.fundacioncienciayevolucion.cl/) prepara tres seminarios sobre el legado del naturalista, todos ellos con invitados internacionales. "Medicina y Evolución", programado para el 28 y 29 de mayo, buscará entender el origen de ciertas enfermedades. Es así como el estrés produce coagulantes en la sangre porque originalmente apuntaba a no ser desangrado cuando nos atacaba una fiera pero ahora nos produce un ataque al corazón. "Son rasgos que aparecieron en tiempos ancestrales, pero hoy se manifiestan de otra manera por los cambios culturales", sostiene Fischer.

"Economía y Sicología Evolucionaria" (25 y 26 de junio) abordará los motivadores psicológicos del intercambio, mientras que "Derecho y Políticas Públicas" (27 y 28 de junio) apuntará a que el derecho se da en un nicho ecológico artificial construido por reglas del juego como las constituciones y las leyes. "Veremos cuáles son mejores, por qué se adaptan, lo que tiene que ver con nuestra evolución y rasgos".

Para agosto contemplan la visita de Lynn Margulis, bióloga viuda de Carl Sagan, quien sostiene que la simbiosis juega un rol importante en la evolución. La trae la U. del Desarrollo pero se sumará al programa de la Fundación.

También planean desarrollar con Chilevisión un documental sobre el viaje de Darwin y su legado intelectual.

La labor de la fundación no se agota ahí. Su idea es transformarse en un eje para conferencias y sostén de la investigación: una tribuna más para la ciencia pero con énfasis en la evolución.

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EM., VyD., sábado 14 de Junio de 2008.

Darwin formuló su teoría observando las plantas.

La observación y el estudio de las plantas fueron esenciales para que Charles Darwin articulara la Teoría de la Evolución de las Especies. Esta muestra, que se presenta en el jardín Botánico de Nueva York, explora la relación del británico con el reino verde.

Desde Nueva York Texto, Analya Céspedes Fotografías, gentileza New York Botanical Garden.

La observación y el estudio de las plantas fueron esenciales para que Charles Darwin articulara la Teoría de la Evolución de las Especies.

El interés que Charles Darwin (1809–1882) tenía por la botánica lo llevó a recorrer regiones exóticas y desconocidas. Durante cinco años, como científico a bordo del HMS Beagle, una embarcación de la marina inglesa, viajó por el mundo, documentándolo. En el Hemisferio Sur se fascinó coleccionando plantas, huesos, fósiles y pieles de pájaros, escribiendo sobre las flores de las Galápagos, la vegetación de Tierra del Fuego y de las selvas tropicales de Brasil.

A su regreso, sus notas le sirvieron para profundizar en los estudios relacionados con la sexualidad de las plantas, el papel de las flores, su evolución y la relación con sus polinizadores. El patio de Down House, su casa en Inglaterra, se convirtió junto con los alrededores de la propiedad en un verdadero laboratorio al aire libre, en el que Darwin continuó sus investigaciones.

Gracias a la observación del mundo verde, llegó a las conclusiones que le permitieron afinar sus ideas respecto a la selección natural y la evolución, las que plasmó en "El Origen de las Especies", publicado en 1859.

Un año más tarde, Charles Darwin comenzó a experimentar en su jardín, lo que culminó con la publicación de seis volúmenes con los fundamentos a sus teorías de adaptación evolutiva –dedicados a temas como la fertilización de las orquídeas, las plantas insectívoras o las formas de las flores–, que son esenciales hasta hoy en el campo de la botánica. En todos ellos, el científico argumentó que los seres del reino vegetal, al igual que los animales, son criaturas sensibles que incorporan mecanismos que les permiten responder a los estímulos y cambios ambientales. Muchas de sus conclusiones se basaron en la observación de las orquídeas y por lo mismo se le considera que fue experto en prácticamente todas las especies presentes en Gran Bretaña.

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EMOL, jueves 12 de Mayo de 2005

Científicos de EE.UU. enfrentados por teoría que contradice a Darwin.

Los defensores de la obra del naturalista británico Charles Darwin no encuentran fundamento en la teoría "diseño inteligente", que sustenta sus postulados en una "inteligencia superior".

WASHINGTON.- La comunidad científica estadounidense está enzarzada en una encendida polémica sobre la teoría del "diseño inteligente", que a contramano del evolucionismo darwinista postula que la vida en la Tierra es obra de una inteligencia superior.

Desde que "El origen de las especies", la obra del naturalista británico Charles Darwin, revolucionó la biología hace 145 años, el evolucionismo ha sido la teoría científica dominante.

Pero el apoyo al "diseño inteligente" de un puñado de biólogos y personas ajenas a la comunidad científica ha puesto a los darwinistas a la defensiva, mientras alienta a los grupos cristianos conservadores que consideran la teoría de la evolución contraria a la Biblia.

Para sus detractores, el "diseño inteligente" es una mezcla nada científica de política y religión.

"En el fondo, se trata de un movimiento religioso cristiano", afirmó Barbara Forrest, una profesora de filosofía de la Universidad del Sudeste de Louisiana.

En el bando contrario afirman que el evolucionismo no responde todas las preguntas sobre el origen de algunas formas de vida.

"La ciencia no avanza ignorando algo que está a la vista", dijo Michael Behe, profesor de bioquímica de la Universidad de Leigh y defensor del "diseño inteligente".

Básicamente, esta teoría sostiene que algunas estructuras halladas en organismos vivos, como los flagelos de las bacterias o las alas extra en ciertas moscas, no pueden explicarse con los conceptos darwinianos de selección natural y variación al azar. Es evidente que fueron diseñadas, asegura Behe, aunque es reticente a decir por quién.

Los darwinistas, que aún constituyen la inmensa mayoría de los científicos, afirman que Behe y otros partidarios del diseño inteligente se valen de los misterios que la ciencia aún no despejó para concluir que son obra de una inteligencia superior.

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EMOL, domingo 14 de Septiembre de 2008.

Iglesia de Inglaterra pide perdón a Charles Darwin.

Las autoridades anglicanas manifestarán en un comunicado oficial que la Iglesia "sobre-reaccionó" por las ideas de Darwin, en un período de "fervor anti-evolucionista".

LONDRES.- La Iglesia Anglicana de Inglaterra se disculpará públicamente con el científico y biólogo inglés Charles Darwin (1809-1882), por haber rechazado hace 150 años la teoría de la Evolución.

Las autoridades anglicanas manifestarán en un comunicado oficial que la Iglesia "sobre-reaccionó" por las ideas de Darwin, en un período de "fervor anti-evolucionista".

La disculpa, escrita por el reverendo Malcolm Brown, director de temas públicos del Anglicanismo, indica que la Iglesia cometió el mismo error con Darwin que con las teorías astronómicas de Galileo Galilei en el Siglo XVII.

"Charles Darwin, a 200 años de tu nacimiento, la Iglesia de Inglaterra te debe una disculpa por mal interpretarte y por haber reaccionado equivocadamente en un principio, incentivando a otros para que te sigan malentendiendo aún", sostiene el texto.

"Tratamos de practicar las viejas virtudes de 'fe que busca el conocimiento' y esperamos hacer algunos arreglos", agrega.
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EM., CyT., 09-02-09.

La revolución de Darwin aún está incompleta.

A 200 años del nacimiento de Darwin y 150 años de la publicación de su “Teoría de la evolución de las especies”, ésta todavía es resistida e incomprendida por un importante segmento de la humanidad.

THE ECONOMIST.

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Los milagros de la naturaleza están en todas partes: una abeja pliega sus alas como un maestro de origami; una hoja de loto repele el agua como si fuera mercurio, una araña teje una red para atrapar a su presa, pero evita quedar atrapada ella misma.

Las personas habían visto estas maravillas como ejemplos de la sabiduría de Dios o como una prueba de su existencia.

Pero 200 años atrás, el 12 de febrero de 1809, nació el hombre que cambiaría todo eso.

El libro que condujo al cambio, publicado en 1859, ofrecía una visión completamente distinta del mundo viviente y, lo más radical de todo, de los orígenes de la humanidad. El hombre era Charles Darwin. El libro, "El origen de las especies". Y el reto fue la teoría de la evolución por selección natural.

Cuando Darwin nació, la moderna teoría atómica cumplía seis años y se pensaba que la Tierra tenía seis mil años. No había indicios del tamaño del universo y la radiactividad, relatividad y teoría cuántica eran inimaginables. Aunque de todos los descubrimientos del siglo 19 y de principios del 20 -átomos invisibles, espacio infinito o la mutabilidad de la materia- sólo la evolución no ha tenido la aceptación general, más allá del mundo científico.

Pocos legos clamarían que no creen en Einstein. Pero muchos parecen orgullosos de no creer en Darwin.

La idea de la evolución por selección natural no es sencilla. Requiere conectar algunas proposiciones: que los organismos varían entre uno y otro, incluso dentro de una misma especie, y que nuevas variaciones pueden manifestarse de tiempo en tiempo; que algunas de estas variaciones pasan de los padres a sus hijos y que son más los individuos que nacen que los que pueden, realmente, sobrevivir.

La consecuencia es lo que Darwin describe en su libro como la lucha por la existencia. Los débiles son eliminados. El fuerte sobrevive. Los sobrevivientes pasan sus rasgos a su progenie. Y será esta transmisión diferenciada la que conduce a la formación de nuevas especies.

Muchos aspectos de la ciencia actual no habrían funcionado sin aceptar la evolución. Las ideas de Darwin tocaron cada rincón de la biología y la medicina. También tuvieron impacto en el arte y la política.

Difícil de aceptar.

A pesar de toda la evidencia disponible, la evolución resulta difícil de aceptar, porque implica que todo lo viviente es accidental. Stephen Jay Gould, biólogo evolutivo estadounidense que falleció en 2002, aseguraba que los malentendidos sobre el darwinismo no obedecen a que la teoría es difícil de comprender, sino al hecho de que la gente conscientemente evita tratar de comprenderla.

La gente está cómoda con la idea de un mundo natural diseñado y armonioso, con ellos mismos en el tope. Es difícil de aceptar que tal armonía se ha levantado como consecuencia accidental de un sistema brutal sin principios, salvo que cada individuo esté empeñado en su éxito reproductivo. Es deprimente pensar que la vida no tiene propósito y que la evolución no tiene un destino superior.

Muchos biólogos discrepan. Argumentan, al igual que Gould, que la evolución no tiene una dirección fija. Una criatura puede hacerse más apta a través de la complejidad. Pero también puede serlo haciéndose más simple. Todo depende de las circunstancias. Los cambios que conducen a la complejidad son más obvios que los que llevan a la simplicidad, ya que crean algo que no estaba allí antes.

Simon Conway-Morris, paleontólogo de la Universidad de Cambridge, es el campeón de la nueva interpretación de la teoría, una que reta el punto de vista de que está gobernada por completo por circunstancias accidentales. A diferencia de Gould, piensa que si la evolución fuera repetida desde el comienzo, un montón de cosas pasarían de la misma forma.

Conway-Morris llegó a esta conclusión a partir de un detallado estudio conocido como evolución convergente. Darwin mismo estaba intrigado por este fenómeno, en el cual diferentes grupos de organismos que evolucionaban independientemente, encontraban similares soluciones evolutivas a similares problemas, ya fueran estas soluciones dientes, ojos, cerebros, ecosistemas o sociedades.

Su argumento es que, dada la naturaleza de la física y de la química, podría haber sólo un limitado número de formas en las cuales las cosas pueden pasar. La evolución sería canalizada a través de estos senderos exitosos, creando tendencias. Dos de ellas, piensa, conducen a la complejidad y la inteligencia. Sostiene que las cosas pasan porque existen causas preexistentes. La evolución, entonces, es un mecanismo y trabaja con reglas.

La visión de Conway-Morris podría ser o no correcta. Si lo es, sería una prueba más aceptable que la interpretación actual que habla de un mundo biológico materialista y sin un propósito.

Conway-Morris piensa que no estamos ni siquiera cerca de la fuente de los sistemas morales y de la conciencia. Podemos explicar la abeja, la hoja de loto y la telaraña, pero no porqué nos resultan bellos.

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