Jueves 10 de Diciembre de 2009.
La Segunda Online.
Pasamos casi un 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados. Por ello resulta sano en esta época del año prestar atención al buen uso del aire acondicionado.
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Todos hemos experimentado problemas de salud por causa de los cambios de temperatura. Por lo general, los asociamos con los cambios de “clima”.Sin embargo, el uso cada vez más generalizado de acondicionadores de aire en la casa y/o en la oficina, también pueden contribuir de manera no menor a ocasionar alteraciones en la salud si no se toman precauciones contra los riesgos que presenta su uso, más aún ahora que los días progresivamente se tornarán más calurosos.Mal que mal, pasamos entre un 80% y un 90% de nuestro tiempo en espacios interiores, que si tienen aire acondicionado, nos expone al riesgo de contraer enfermedades comunes, que asociamos a resfríos.
Porque las enfermedades respiratorias, lejos de desaparecer con el término del invierno, están siempre presentes y se ven reactivadas por el uso poco cuidadoso de los sistemas de aire acondicionado. La excesiva sequedad del aire o temperaturas demasiado bajas son situaciones comunes que favorecen el desarrollo de las enfermedades respiratorias.
Según cifras de la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica, el 20% de los usuarios de aire acondicionado en España asegura haber sufrido problemas respiratorios derivados de su utilización, en su mayoría resfriados (32%) y dolores de garganta (27%). Asimismo, estimaciones de este organismo indican además, que cerca de 2 millones de españoles sufrirán de este tipo de afecciones durante la próxima temporada de verano.
Este tema también fue objeto de estudio en Francia. Una investigación de la International Journal of Epidemiology observó en mil mujeres que aquellas que trabajaban en ambientes climatizados, mostraban una mayor tendencia al ausentismo laboral por problemas respiratorios que sus pares de empresas sin aire acondicionado.
En Chile, el médico director del Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad, César Cárcamo indica que “el ambiente seco y el aire frío que genera el sistema de aire acondicionado son factores irritantes, responsables en muchos casos de molestias rino-faríngeas, sequedad en los ojos e irritaciones en la piel. En algunos casos –agrega- las personas más susceptibles pueden desarrollar o facilitar asmas bronquiales, faringitis u otras afecciones bacterianas y virales por la disminución y vulnerabilidad de las barreras defensivas del aparato respiratorio”.
David González, jefe de Higiene Ocupacional de la misma Mutual y experto en prevenir riesgos que pueden afectar los ambientes de trabajo, enfatiza en la importancia de un buen manejo de estos sistemas. “La principal causa de problemas se produce cuando el aire se regula en una temperatura muy baja y las personas están haciendo uso de ropa liviana, ocasionando que las defensas del organismo se debiliten lo que los hace más susceptibles a desarrollar una enfermedad respiratoria”.
El especialista hace hincapié fundamentalmente en los nocivos efectos que conllevan los bruscos cambios de temperatura en estas épocas de mayor calor. “En muchas ocasiones las personas caminan por la calle en una atmósfera de más de 30° de temperatura e ingresan a un recinto que tiene 20° y con corrientes de aire que aceleran la pérdida de calor, situación que se hace aún más crítica cuando el cuerpo está humedecido por el sudor”, enfatiza.
En este sentido resulta relevante tomar ciertas providencias, que a juicio de los expertos, contribuyen a disminuir la aparición de afecciones para la salud.
Recomendaciones.
Para la confortabilidad de los lugares cerrados y, de esta forma, evitar incomodidades o enfermedades en esta época del año considere lo siguiente:
• En la oficina o en su casa, no utilice una temperatura excesivamente fría que obligue a utilizar ropa de abrigo. Ésta debe fluctuar entre 22,8° y 26,1° C, dependiendo de la actividad a desarrollar, pero en ningún caso debiera ser inferior a 21ºC.
• En el caso de los hogares, el límite de temperatura que nos impide conciliar un sueño reparador está alrededor de los 27ºC, por lo que por la noche en los lugares donde se va a dormir, no es necesario hacer uso del aire si no se llega a esas temperaturas. De hacerlo, no lo utilice a un nivel menor a los 25ºC.
• Preste atención y cuidado a respirar correctamente por la nariz cuando se está con aire acondicionado, ya que la nariz calentará y humidificará el aire que inhalamos.
• Ventile periódicamente los ambientes cerrados. La escasa renovación del aire origina una serie de síntomas inespecíficos con componente alérgico y que benefician enfermedades.
• Verifique la humedad. Ésta se debe regular entre el 40% y el 60%.
• No utilice aire frío toda vez que venga del exterior o ambientes cálidos.
• Antes de salir a un lugar cálido, y si usted está con el aire muy frío, aumente la temperatura para que al salir el cambio no sea tan brusco.
• Si va a estar en un salón con aire acondicionado que usted no puede controlar, lleve un chaleco u otra prenda para abrigarse en caso que sea necesario y ubíquese alejado de aquellas zonas donde impactan las corrientes de aire frío.
La Segunda Online.
Pasamos casi un 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados. Por ello resulta sano en esta época del año prestar atención al buen uso del aire acondicionado.
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Todos hemos experimentado problemas de salud por causa de los cambios de temperatura. Por lo general, los asociamos con los cambios de “clima”.Sin embargo, el uso cada vez más generalizado de acondicionadores de aire en la casa y/o en la oficina, también pueden contribuir de manera no menor a ocasionar alteraciones en la salud si no se toman precauciones contra los riesgos que presenta su uso, más aún ahora que los días progresivamente se tornarán más calurosos.Mal que mal, pasamos entre un 80% y un 90% de nuestro tiempo en espacios interiores, que si tienen aire acondicionado, nos expone al riesgo de contraer enfermedades comunes, que asociamos a resfríos.
Porque las enfermedades respiratorias, lejos de desaparecer con el término del invierno, están siempre presentes y se ven reactivadas por el uso poco cuidadoso de los sistemas de aire acondicionado. La excesiva sequedad del aire o temperaturas demasiado bajas son situaciones comunes que favorecen el desarrollo de las enfermedades respiratorias.
Según cifras de la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica, el 20% de los usuarios de aire acondicionado en España asegura haber sufrido problemas respiratorios derivados de su utilización, en su mayoría resfriados (32%) y dolores de garganta (27%). Asimismo, estimaciones de este organismo indican además, que cerca de 2 millones de españoles sufrirán de este tipo de afecciones durante la próxima temporada de verano.
Este tema también fue objeto de estudio en Francia. Una investigación de la International Journal of Epidemiology observó en mil mujeres que aquellas que trabajaban en ambientes climatizados, mostraban una mayor tendencia al ausentismo laboral por problemas respiratorios que sus pares de empresas sin aire acondicionado.
En Chile, el médico director del Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad, César Cárcamo indica que “el ambiente seco y el aire frío que genera el sistema de aire acondicionado son factores irritantes, responsables en muchos casos de molestias rino-faríngeas, sequedad en los ojos e irritaciones en la piel. En algunos casos –agrega- las personas más susceptibles pueden desarrollar o facilitar asmas bronquiales, faringitis u otras afecciones bacterianas y virales por la disminución y vulnerabilidad de las barreras defensivas del aparato respiratorio”.
David González, jefe de Higiene Ocupacional de la misma Mutual y experto en prevenir riesgos que pueden afectar los ambientes de trabajo, enfatiza en la importancia de un buen manejo de estos sistemas. “La principal causa de problemas se produce cuando el aire se regula en una temperatura muy baja y las personas están haciendo uso de ropa liviana, ocasionando que las defensas del organismo se debiliten lo que los hace más susceptibles a desarrollar una enfermedad respiratoria”.
El especialista hace hincapié fundamentalmente en los nocivos efectos que conllevan los bruscos cambios de temperatura en estas épocas de mayor calor. “En muchas ocasiones las personas caminan por la calle en una atmósfera de más de 30° de temperatura e ingresan a un recinto que tiene 20° y con corrientes de aire que aceleran la pérdida de calor, situación que se hace aún más crítica cuando el cuerpo está humedecido por el sudor”, enfatiza.
En este sentido resulta relevante tomar ciertas providencias, que a juicio de los expertos, contribuyen a disminuir la aparición de afecciones para la salud.
Recomendaciones.
Para la confortabilidad de los lugares cerrados y, de esta forma, evitar incomodidades o enfermedades en esta época del año considere lo siguiente:
• En la oficina o en su casa, no utilice una temperatura excesivamente fría que obligue a utilizar ropa de abrigo. Ésta debe fluctuar entre 22,8° y 26,1° C, dependiendo de la actividad a desarrollar, pero en ningún caso debiera ser inferior a 21ºC.
• En el caso de los hogares, el límite de temperatura que nos impide conciliar un sueño reparador está alrededor de los 27ºC, por lo que por la noche en los lugares donde se va a dormir, no es necesario hacer uso del aire si no se llega a esas temperaturas. De hacerlo, no lo utilice a un nivel menor a los 25ºC.
• Preste atención y cuidado a respirar correctamente por la nariz cuando se está con aire acondicionado, ya que la nariz calentará y humidificará el aire que inhalamos.
• Ventile periódicamente los ambientes cerrados. La escasa renovación del aire origina una serie de síntomas inespecíficos con componente alérgico y que benefician enfermedades.
• Verifique la humedad. Ésta se debe regular entre el 40% y el 60%.
• No utilice aire frío toda vez que venga del exterior o ambientes cálidos.
• Antes de salir a un lugar cálido, y si usted está con el aire muy frío, aumente la temperatura para que al salir el cambio no sea tan brusco.
• Si va a estar en un salón con aire acondicionado que usted no puede controlar, lleve un chaleco u otra prenda para abrigarse en caso que sea necesario y ubíquese alejado de aquellas zonas donde impactan las corrientes de aire frío.
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