jueves, 16 de abril de 2009

Hígado graso no alcohólico: Obesidad causa deterioro hepático a 23% de los chilenos.

EM., VyS., 13-03-09.

Estudio de la U. Católica revela que entre los 40 y 50 años se presenta la mayor cantidad de casos. Un porcentaje de los pacientes puede incluso desarrollar cirrosis.

En los hombres chilenos de 45 a 64 años, las enfermedades del hígado son la segunda causa de muerte, con una tasa casi igual a la de los infartos cardíacos.

PAULA LEIGHTON N.

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El sobrepeso no lleva sólo a una antiestética acumulación de grasa en la cintura. Sin dar síntomas ni señales, ésta también puede empezar a depositarse en las células del hígado, provocando un cuadro conocido como hígado graso o esteatosis hepática.

Un estudio de académicos de la Facultad de Medicina de la U. Católica publicado en la revista Liver International detectó que el 23% de la población chilena presenta hígado graso asociado a la presencia de obesidad. En este caso se habla de hígado graso no alcohólico (HGNA), pues su origen no es el consumo excesivo de alcohol, otra causa frecuente de depósitos de grasa en el hígado.

Sin embargo, las alteraciones en ambos casos son similares.

"En una primera fase la grasa se acumula sin producir inflamación ni daño significativoen el hígado (ver recuadro). Sin embargo, en alrededor del 30% de estas personas la acumulación de grasa se suma a la inf-lamación del hígado", advierte el doctor Marco Arrese, hepatólogo del Dpto. de Gastroenterología de la UC y uno de los autores del estudio.

Azúcar riesgosa.

El doctor Arrese agrega que una vez producida la inflamación, existe el potencial de que el cuadro avance hacia una cirrosis hepática, que afecta a cerca del 3 a 5% de los pacientes con HGNA.

La evolución que tenga la enfermedad dependerá de una serie de factores, incluyendo variables genéticas, antecedentes de diabetes tipo 2 y consumo de alcohol. "Un paciente obeso que bebe tiene más riesgo, porque la presencia de grasa en el hígado potencia el daño del alcohol sobre el hígado", dice el médico.

En el Hospital Clínico de la U. de Chile, el doctor Jaime Poniachik, hepatólogo del Dpto. de Gastroenterología, estima que "entre el 20 y 30% de los trasplantes hepáticos que hacemos son por hígado graso".

El estudio de la UC, realizado en el sector suroriente de Santiago, reveló que la mayor prevalencia se encontró en personas de entre 40 y 50 años en ambos géneros (36% en las mujeres y 29% en los hombres).

Además, 72% de las personas con HGNA presentaba también resistencia a la insulina, en comparación con el 40,5% de aquellas sin hígado graso.

La resistencia a la insulina se considera como la causa fundamental del hígado graso no alcohólico. Esto, porque como el organismo no puede procesar adecuadamente el azúcar que se consume en la dieta, el hígado acumula el exceso en forma de grasa.

"Existe bastante conciencia en la población respecto de los efectos de las grasas saturadas en la dieta, pero no sobre los efectos nocivos del azúcar, especialmente si se tiene una base genética de diabetes", dice Arrese.

El doctor Poniachik agrega que "si bien el cuadro se observa más en personas de edad media, también se está detectando en niños y adolescentes".

Prevenir y curar.

Los especialistas destacan que en sus primeras etapas el hígado graso no da síntomas, lo que hace imprescindible realizarse ciertos exámenes para su detección, pues en algunos pacientes el hígado podría llevar años o décadas dañándose en forma inadvertida.

"Todos los pacientes con obesidad y diabetes debieran hacerse exámenes hepáticos para controlarse", aconseja el doctor Poniachik. Éstos incluyen el análisis de bilirrubina y transaminasas en la sangre.

El hígado graso también se detecta a través de una ecografía abdominal, y una vez diagnosticado, algunos pacientes pueden requerir una biopsia hepática si se sospecha que hay un daño significativo.

"Pero el mensaje más importante es que para prevenir el hígado graso es fundamental una dieta balanceada y ejercicio regular", dice el doctor Arrese.

Quienes ya tienen HGNA deben, además, perder peso, evitar totalmente el alcohol, evitar el consumo de medicinas innecesarias y controlarse con un especialista que diseñe una estrategia para prevenir la progresión del daño hepático.

Más información, en www.higadograso.cl

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