martes, 12 de agosto de 2008

Salud física y mental: manejar el estrés y las emociones negativas ayuda a prevenir distintas enfermedades.

EM, VyS, 09-08-08.

Altos niveles de ansiedad y estrés se han asociado a problemas alérgicos, de la piel, del sistema cardiovascular, a patologías neurológicas e incluso cáncer.

Cristián González.

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Se estima que un tercio de los chilenos que consultan en salud primaria por algún dolor físico -de espalda, cabeza o músculo-esqueléticos- tienen detrás algún trastorno emocional que está causando la molestia. Y si bien es difícil establecer una causalidad directa, cada vez hay más pruebas de que el estrés, la depresión y los estados ansiosos, así como la falta de redes sociales y afectivas, están aumentando el riesgo de enfermarse.

"Hay evidencias de la relación entre el estrés y las enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, y también con infecciones de tipo viral. Además, es claro el vínculo entre estrés y enfermedades cardiovasculares", dice el doctor Daniel Pacheco, médico internista de la Clínica Santa María.

El estudio Interheart, por ejemplo, hecho en 2007 en siete países latinoamericanos -incluido Chile-, muestra que el estrés permanente aumenta dos veces el riesgo de infarto en la mujer y tres veces en el hombre.

Asimismo, enfermedades infecciosas, alérgicas y neurológicas son algunas de las consecuencias del desequilibrio que la angustia y el estrés provocan sobre el sistema inmune, el que reacciona atacando al propio cuerpo o favoreciendo el desarrollo de estas patologías.

Más vulnerables.

Los factores psicológicos y de la calidad de vida también se han asociado con el surgimiento de algunos cánceres. "Pero éste es un tema más controversial. No está tan claro", dice Pacheco.

El inmunólogo Fernando Morgado, autor del libro "De fantasmas y demonios", reconoce que se requieren estudios más precisos al respecto, pero es uno de los convencidos del vínculo entre emociones y tumores.

"El cuerpo humano está preparado para destruir las células cancerosas mediante las células llamadas 'natural killers' (NK, o asesinas)", precisa.

Las NK son células encargadas de destruir cualquier célula anormal que surja en el cuerpo. Por eso, junto a los linfocitos T y linfocitos B forman parte del sistema inmune.

"Está experimentalmente comprobado que situaciones de estrés agudo o sostenido disminuyen las NK, haciéndote más vulnerable a infecciones o al desarrollo de algún cáncer. En el de mama está absolutamente comprobado", agrega el médico, quien abordó el tema en el seminario "El poder de las emociones", realizado el jueves.

En personas con cáncer se ha visto que, por lo general, antes de enfermarse han pasado por un período de estrés prolongado o han tenido patologías menos graves, como colon irritable, jaquecas o lumbago.

Algo no está bien.

Para escribir el libro "Yo (no) quiero tener cáncer", la psico-oncóloga Jennifer Middleton examinó las fichas de más de mil pacientes, y reconoció haber visto como denominador común aspectos como duelos no elaborados y rabias no expresadas, además de un menor entusiasmo general en esas personas.

Con las enfermedades autoinmunes, en las que el organismo produce anticuerpos contra sí mismo, pasa algo similar, advierte el doctor Morgado: "Es como un intento de suicidio biológico; el cuerpo se ataca, pero como una forma de señalar que algo no está bien".

En otras palabras, lo que está pidiendo es un cambio en el estilo de vida, lo que puede ir desde adoptar una alimentación más sana hasta descansar más o dejar de hacer cosas que generan tensión. "Tratar de ser feliz, aunque cueste", dice Morgado.

De hecho, las endorfinas que se liberan en estados de felicidad o cuando se hace ejercicio contribuyen a evitar el deterioro orgánico y a reforzar el sistema inmune. Y cuando la enfermedad ya está presente, la recomendación es no resignarse y ser optimista. "Y dar la pelea", dice el doctor Morgado.

"Una emoción que se ha demostrado que aumenta las células NK es la rabia; entonces, si tienes un cáncer, por ejemplo, enrábiate contra él. Canaliza esa emoción para salir adelante y superar la enfermedad".

Satisfacción y bienestar.

Un estudio dado a conocer en marzo por la Clínica Las Condes y Adimark aporta antecedentes locales al vínculo entre factores psicológicos y la salud de las personas.

Según la encuesta, realizada a 410 adultos, hombres y mujeres, en Santiago, el 87% de las personas que reportan un buen estado de salud se sienten satisfechas con su vida y sólo el 1,1% se siente insatisfecho. Por el contrario, el 38% de los que dicen sufrir ya sea tanto problemas físicos como emocionales está insatisfecho con su vida, y sólo el 26% está satisfecho.

Sus autores plantean que factores como la autoestima, el optimismo y la contención familiar se asocian a un mejor estado de salud.

OPTIMISMO: estudios extranjeros muestran que las personas optimistas tienen mejor calidad de vida, menos estrés y se enferman menos.

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