EM, Ed., miércoles 14 de Enero de 2009.
Por Miguel Laborde.
Los años anteriores al Centenario fueron ásperos. A la distancia vemos lo logrado, lo que se inaugura el 1910, pero entonces era más fuerte el desencanto, la aguda sensación de que había demasiado por hacer.
La familia Del Río, fundada en Concepción por el vasco Joaquín del Río en el siglo XVIII, tiene un rol excepcional por sus aportes a la salud y los hospitales, especialmente la rama formada por su hijo Raimundo del Río Cruz y sus primos Arriarán del Río. El Hospital Manuel Arriarán, el Hospital Roberto del Río y la Asistencia Pública "Alejandro del Río" son apenas algunas huellas de su enorme generosidad.
La atención infantil prácticamente no existía. En torno al 1900 hubo una feroz epidemia de sarampión, que dejó cuatro mil niños muertos en Santiago y diez mil en el país, cifras pavorosas considerando la población de la época. Al decir de un médico, la epidemia "se llevó una generación entera".
Al no existir la institucionalidad pública adecuada, serán los privados los que asuman el desafío. Mejor dicho, algunas familias de excepción. Roberto del Río Soto-Aguilar (1859 - 1917), considerado "el padre de la pediatría chilena", había comenzado a impartir la docencia de las enfermedades para niños el año 1888, en las peores condiciones; sólo se pudo conseguir una sala de la vetusta Casa de Huérfanos.
Para la epidemia ya era un maestro respetado --ese mismo año de 1901 es nombrado Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile-, y su tío Manuel Arriarán era presidente de la Junta de Beneficencia. Con la fortuna de los Arriarán y la dirección técnica del doctor Roberto del Río, nace en 1901 nuestro primer hospital para niños, el que lleva su nombre. Tío y sobrino trabajan juntos hasta 1907, logrando un edificio adecuado en la Avenida Matucana; entonces, al morir Arriarán, el doctor Del Río asume la dirección completa del establecimiento.
Ante la sociedad del Centenario, la voz de Del Río será la que movilice donaciones y ayudas para la atención infantil; como presidente del Consejo de Protección de la Infancia y director del Patronato de la Infancia instaló el tema en la conciencia pública definitivamente. Su condición de presidente de la Sociedad Médica es testimonio, además, del prestigio alcanzado entre sus pares. Al morir en 1917, su hermano Alejandro sigue la posta como "el padre de la medicina social chilena". Cerca de tres décadas son cubiertas por estas familias emparentadas.
Este año, la Corporación de Amigos del Hospital Roberto del Río, fundada bajo la filantrópica inspiración que le dio origen al establecimiento, celebra los 150 años del nacimiento del generoso y brillante "padre de la pediatría chilena".
Miguel Laborde.
Por Miguel Laborde.
Los años anteriores al Centenario fueron ásperos. A la distancia vemos lo logrado, lo que se inaugura el 1910, pero entonces era más fuerte el desencanto, la aguda sensación de que había demasiado por hacer.
La familia Del Río, fundada en Concepción por el vasco Joaquín del Río en el siglo XVIII, tiene un rol excepcional por sus aportes a la salud y los hospitales, especialmente la rama formada por su hijo Raimundo del Río Cruz y sus primos Arriarán del Río. El Hospital Manuel Arriarán, el Hospital Roberto del Río y la Asistencia Pública "Alejandro del Río" son apenas algunas huellas de su enorme generosidad.
La atención infantil prácticamente no existía. En torno al 1900 hubo una feroz epidemia de sarampión, que dejó cuatro mil niños muertos en Santiago y diez mil en el país, cifras pavorosas considerando la población de la época. Al decir de un médico, la epidemia "se llevó una generación entera".
Al no existir la institucionalidad pública adecuada, serán los privados los que asuman el desafío. Mejor dicho, algunas familias de excepción. Roberto del Río Soto-Aguilar (1859 - 1917), considerado "el padre de la pediatría chilena", había comenzado a impartir la docencia de las enfermedades para niños el año 1888, en las peores condiciones; sólo se pudo conseguir una sala de la vetusta Casa de Huérfanos.
Para la epidemia ya era un maestro respetado --ese mismo año de 1901 es nombrado Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile-, y su tío Manuel Arriarán era presidente de la Junta de Beneficencia. Con la fortuna de los Arriarán y la dirección técnica del doctor Roberto del Río, nace en 1901 nuestro primer hospital para niños, el que lleva su nombre. Tío y sobrino trabajan juntos hasta 1907, logrando un edificio adecuado en la Avenida Matucana; entonces, al morir Arriarán, el doctor Del Río asume la dirección completa del establecimiento.
Ante la sociedad del Centenario, la voz de Del Río será la que movilice donaciones y ayudas para la atención infantil; como presidente del Consejo de Protección de la Infancia y director del Patronato de la Infancia instaló el tema en la conciencia pública definitivamente. Su condición de presidente de la Sociedad Médica es testimonio, además, del prestigio alcanzado entre sus pares. Al morir en 1917, su hermano Alejandro sigue la posta como "el padre de la medicina social chilena". Cerca de tres décadas son cubiertas por estas familias emparentadas.
Este año, la Corporación de Amigos del Hospital Roberto del Río, fundada bajo la filantrópica inspiración que le dio origen al establecimiento, celebra los 150 años del nacimiento del generoso y brillante "padre de la pediatría chilena".
Miguel Laborde.
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