La dieta de los mayores debe ser variada, pero muy moderada.
Con una gran cantidad de verduras y frutas disponibles, ricas en antioxidantes y fibra, la dieta de invierno reúne todas las condiciones para ser una nutrición de alta calidad, muy sabrosa, variada, pero también equilibrada.
Lo importante es consumir alimentos de todos los tipos. Consuma al menos cinco porciones de frutas y verduras de todos los colores, pero siempre adaptándose a las necesidades del adulto mayor. Las zanahorias y el brócoli, por ejemplo, deben ser cocidos. Mientras que las espinacas pueden consumirse como sopa.
No se restrinja. Uno de los problemas de los adultos mayores es que sin una razón médica comienzan a restringir algunos alimentos. Ya sea porque se acostumbran a una dieta determinada o porque creen que padecen intolerancia a la lactosa, porque les cayó mal la leche una vez, o piensan que sufren acidez frente a algunos alimentos.
No habría razón para hacer estas restricciones, a no ser que un médico lo prescribiera. Lo recomendable es dar más variedad a las comidas para no caer en el mismo menú todos los días.
Aumente el consumo de pescados frescos, que en Chile tenemos una gran variedad, y prefiera las carnes blancas, como el pollo o el pavo, antes que las rojas, que tienen más grasas saturadas.
Si está cuidando su peso, no exagere las porciones. Media taza de arroz cocido es suficiente para acompañar un trozo de pollo o un filete de pescado.
Evite los embutidos que poseen mucha grasa y saque de su dieta las comidas preparadas, como las pizzas o las papas fritas.
Prefiera los aceites nutritivos como el de oliva, que ayudan a disminuir el colesterol, y restrinja considerablemente el consumo de sal. Para ello se puede disminuir el consumo de conservas, que poseen exceso de sodio.
Aumente el consumo de fibra. Idealmente el pan y el arroz deberían ser integrales. Incorpore, además, salvado de trigo.
Consuma al menos seis vasos de agua al día y aprenda a moderar el té y el café. Mientras que el vino está permitido, pero con moderación. Se recomiendan no más de dos copas de vino tinto al día para los hombres y una para las damas para tener una positiva incidencia en la salud cardiovascular.
De postre, prefiera las frutas, que son más nutritivas. Las naranjas y mandarinas son una buena fuente de vitamina C, mientras que los kiwis también tienen esa vitamina, pero además ayudan a provocar el movimiento intestinal, por lo que son un buen laxante.
Con una gran cantidad de verduras y frutas disponibles, ricas en antioxidantes y fibra, la dieta de invierno reúne todas las condiciones para ser una nutrición de alta calidad, muy sabrosa, variada, pero también equilibrada.
Lo importante es consumir alimentos de todos los tipos. Consuma al menos cinco porciones de frutas y verduras de todos los colores, pero siempre adaptándose a las necesidades del adulto mayor. Las zanahorias y el brócoli, por ejemplo, deben ser cocidos. Mientras que las espinacas pueden consumirse como sopa.
No se restrinja. Uno de los problemas de los adultos mayores es que sin una razón médica comienzan a restringir algunos alimentos. Ya sea porque se acostumbran a una dieta determinada o porque creen que padecen intolerancia a la lactosa, porque les cayó mal la leche una vez, o piensan que sufren acidez frente a algunos alimentos.
No habría razón para hacer estas restricciones, a no ser que un médico lo prescribiera. Lo recomendable es dar más variedad a las comidas para no caer en el mismo menú todos los días.
Aumente el consumo de pescados frescos, que en Chile tenemos una gran variedad, y prefiera las carnes blancas, como el pollo o el pavo, antes que las rojas, que tienen más grasas saturadas.
Si está cuidando su peso, no exagere las porciones. Media taza de arroz cocido es suficiente para acompañar un trozo de pollo o un filete de pescado.
Evite los embutidos que poseen mucha grasa y saque de su dieta las comidas preparadas, como las pizzas o las papas fritas.
Prefiera los aceites nutritivos como el de oliva, que ayudan a disminuir el colesterol, y restrinja considerablemente el consumo de sal. Para ello se puede disminuir el consumo de conservas, que poseen exceso de sodio.
Aumente el consumo de fibra. Idealmente el pan y el arroz deberían ser integrales. Incorpore, además, salvado de trigo.
Consuma al menos seis vasos de agua al día y aprenda a moderar el té y el café. Mientras que el vino está permitido, pero con moderación. Se recomiendan no más de dos copas de vino tinto al día para los hombres y una para las damas para tener una positiva incidencia en la salud cardiovascular.
De postre, prefiera las frutas, que son más nutritivas. Las naranjas y mandarinas son una buena fuente de vitamina C, mientras que los kiwis también tienen esa vitamina, pero además ayudan a provocar el movimiento intestinal, por lo que son un buen laxante.
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