EM., VCyT., 22-11-15
Por
Margherite Cordano
El miedo a
ser visto como una entidad opresiva, ha llevado a que muchos colegios descuiden
la formación de sus alumnos, exigiéndoles menos y entregándoles más libertades.
Esa es la premisa que plantea la educadora sueca Inger Enkvist, doctora en
Letras de la Universidad de Gotemburgo, académica de la Universidad de Lund y
ex asesora del Ministerio de Educación de su país.
Invitada por
la Escuela de Pedagogía Media de la Universidad de los Andes, Enkvist visita
Chile esta semana para participar como exponente en una conferencia centrada en
el rol de los profesores en la tarea de exigir y desafiar intelectualmente a
sus alumnos.
"Existe
una excesiva autonomía por parte de los estudiantes; si dicen que no pueden
realizar un trabajo a tiempo, inmediatamente se les dice que pueden hacerlo más
tarde", ejemplifica. Lo dice en un español fluido, uno que le ha permitido
viajar y conocer sobre los sistemas de educación en América Latina. "Cuando
le pides a los alumnos que sean ellos quienes tomen la iniciativa de estudiar,
en muchos casos esto no funciona. Muchos no buscan el conocimiento de por sí,
necesitan que alguien les exija para rendir", dice.
Se refiere
especialmente a quienes vienen de contextos vulnerables. "Si les dices
claramente qué es lo que tienen que hacer para continuar con sus compañeros el
próximo año, entonces algunos de ellos van a hacer caso. Hay que tener un poco
más de firmeza para que aprendan; quienes tienen problemas psicológicos o
sociales necesitan un marco todavía más firme", plantea, aludiendo a la
idea de que exigir y poner reglas puede ayudarlos a salir adelante.
Efecto par
Inger
Enkvist dice que quiere aprovechar su visita para conocer más sobre los cambios
educativos que se proponen en el país.
Hasta ahora
ha escuchado algo sobre dejar de lado la selección académica en las escuelas
con subvención, lo que no le parece positivo. Especialmente cuando significa
que colegios que se caracterizan por la alta calidad de sus alumnos, dejen de
recibirlos. "Las críticas contra esos colegios no tienen que ver con su
calidad, ni con el aprendizaje de los estudiantes, ni con la calidad de
enseñanza de los profesores, sino que con un tipo de reivindicación política de
que nadie pueda tener nada mejor que otro. Ni siquiera cuando depende del
esfuerzo del propio alumno".
En su
opinión, "es malo y excesivo abolir este tipo de colegios, porque eso va a
hacer descender la calidad, va a amenazar el nivel intelectual del país. Si la
entrada supone haber estudiado y estudiado bien, no me parece que sea algo
injusto de hacer. ¿Por qué hacer bajar algo que está funcionando bien?",
pregunta.
-Se tiende a
hablar del efecto par, la idea de que en un aula heterogénea, los alumnos de
buen desempeño ayudan a sus pares con menos habilidades a mejorar su
rendimiento. Esto, sin perjudicarse ellos mismos. Bajo este punto de vista,
todos los involucrados terminan ganando.
"Claro.
Pero esto funciona si tienes un grupo estable de 30 alumnos en el que 27
trabajan muy bien y tres tienen dificultades, pero voluntad de aprender; es
probable que esos niños se adapten al grupo. Pero si el curso es inestable, no
trabaja muy bien, los alumnos con problemas quizás son más y su voluntad de
aprender no es pronunciada, es probable que baje el nivel del grupo entero.
Hay que
mirar cada caso, a veces funciona y a veces no. Existe un lema que suele
repetirse entre quienes proponen estas ideas, que es que nadie tiene el derecho
de quitarle a otro su derecho a la educación. Pero eso es lo que hacen los que
no tienen interés y se dedican a hacer ruido, impidiendo que trabaje todo el
resto".
-Imagino que
también influye la capacidad del profesor de manejar y estimular al grupo a su
cargo.
"Sí. Es fundamental exigir ciertos estándares
mínimos a quienes entran a estudiar para ser profesor. Dejar entrar a bajos
puntajes a la carrera es fatal para ellos mismos y para los alumnos; se crea un
ambiente de poca expectativa, muy poco estimulante, lo que influye en que las
personas con capacidades para ser excelentes profesores terminen no queriendo
incorporarse en un grupo de empleados de bajo nivel".
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