EM., VCyT, 11-04-16
"Constantemente
sentía dolores en las articulaciones y tenía indigestión. Por lo primero, hace
unos dos años me diagnosticaron artrosis y por lo segundo, gastroenteritis
crónica. Comencé con los tratamientos de ambas enfermedades hasta que una endoscopia
reveló que el problema real y que desencadenó el resto es que soy intolerante
al gluten", dice Isolina Díaz, quien recién a los 54 años supo que padece
enfermedad celíaca.
En personas como
ella, el consumo de gluten -proteína que se encuentra en algunos cereales,
particularmente en el trigo, la cebada y el centeno- inflama el intestino
delgado y provoca la pérdida de sus vellosidades. Esto no solo dificulta la
absorción de los nutrientes de los alimentos, sino que también provoca daño al
organismo, el que, según el gastroenterólogo de la Clínica Alemana, Francisco
Javier Alliende, puede ser irreversible.
"Si el
paciente ya pasó su adolescencia sin tratamiento, tendrá compromiso de su
altura final. Además, los pacientes celíacos sin una dieta estricta libre de
gluten -único tratamiento para esta enfermedad- tienen mayor riesgo de
desarrollar cáncer, tal como adenocarcinoma del intestino delgado o
linfoma", explica el médico.
También existen los
problemas nutricionales asociados al déficit de vitaminas. "La mala
absorción del fierro y del ácido fólico produce anemia y la alteración de la
asociación del calcio, del magnesio y de la vitamina D aumenta el riesgo de
osteoporosis", explica Arnoldo Riquelme, gastroenterólogo de la Red de
Salud UC Christus.
Por otro lado, las
personas celíacas tienen riesgo de desarrollar otras enfermedades, las que no
se producen por la celiaquía, pero sí se asocian a ella por lo que, según el
doctor Alliende, su control mejora al realizar regímenes alimentarios sin
gluten. "Estos pacientes tienen más riesgo de padecer algunas condiciones
autoinmunes como dermatitis herpetiforme (caracterizada por la aparición de
pequeñas vesículas en la piel), hepatitis y tiroiditis autoinmune, diabetes
mellitus tipo 1 y el síndrome de Sjögren (el que afecta a las glándulas que
producen humedad en el cuerpo)", explica.
Según Riquelme, un
40% de los pacientes que dejan el gluten mejora su mucosa intestinal en un año.
El porcentaje restante está compuesto por diagnósticos tardíos, como el de
Isolina, quien dice sentirse mejor desde que realiza la dieta. A diferencia de
ella, en algunos pacientes que fueron diagnosticados sobre los 40 años los
síntomas de la enfermedad no desaparecen por completo.
Por esto, además de
comer correctamente, es importante hacerlo a tiempo. "Hoy no es tan
difícil realizar el régimen, pero se debe seguir mejorando la Ley de Etiquetado
para que los alimentos sean realmente certificados como libres de gluten. Así
los pacientes con esta enfermedad, cada vez más frecuente, pueden hacer una
dieta adecuada", opina el gastroenterólogo.
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Nota del editor.-
En su edición de 15-04-16, El Mercurio publica carta “Celíacos en Chile”,
firmada por Helga Santibáñez en calidad de Coordinadora de la Fundación
Convivir (www.fundacionconvivir.cl),
“la organización que trabaja para mejorar la calidad de vida de los celíacos en
el país, promoviendo la educación, orientación y el desarrollo de diversos
proyectos específicos”, precisando que el número estimado de celíacos en Chile
no es 1 por cada 300 habitantes, sino 1 por cada 100/150, lo que suma 115.000
personas, de las cuales, efectivamente, un porcentaje menor se encuentra
diagnosticado.
La misiva agrega que la Fundación Convivir está encargada de “facilitar
la lista de alimentos certificados libres de gluten y otorgar la certificación
correspondiente a las empresas de alimentos o farmacéuticas que lo soliciten”.
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