viernes, 12 de febrero de 2016

La gente imita gestos faciales para empatizar con otros

Por Cristián González.

Basta que una persona esboce una sonrisa para que quienes están alrededor hagan lo mismo. Este mecanismo de "imitar" las expresiones faciales de los demás -ya sea enojo, tristeza o alegría, por ejemplo- busca simular lo que el otro siente. Es decir, el ser humano actúa como un espejo, para poder experimentar las mismas emociones y decidir cómo reaccionar en determinada situación.

Lo anterior se debe a que asociamos ese gesto a una determinada emoción que en el pasado nosotros mismos hemos experimentado. Eso es lo que plantea un análisis de toda la evidencia disponible hasta ahora, publicado ayer por investigadoras de la U. de Wisconsin (EE.UU.) en la revista científica Trends in Cognitive Sciences.

Este proceso -llamado simulación sensoriomotriz- no es intencional sino que sucede de forma automática: las personas lo hacen de forma inconsciente en cuestión de milisegundos, según explica a "El Mercurio" la psicóloga Adrianne Wood, autora principal del trabajo.

"Creemos que la gente tiende a enganchar más con esta simulación si están realmente atraídos a conocer más a la otra persona o cuando la expresión facial que están mirando es ambigua o muy sutil", precisa.

Así, por ejemplo, si vemos a alguien sonriendo, nuestra cara también esbozará una sonrisa y, como reacción, quizás nos acerquemos a esa persona. En cambio, si vemos que el otro está enojado, tenderemos a alejarnos. "El sistema de identificación de las emociones puede ayudar a prever futuros comportamientos o sentimientos", se lee en el estudio, pero no es 100% certero, ya que en ningún caso se puede saber a ciencia cierta cómo suele expresarse o qué es lo que siente otra persona solo con mirarla.

En ello influyen tanto las habilidades propias como ajenas. "Hay múltiples factores que influyen en la capacidad de una persona para entender las emociones de otra; pero esa habilidad puede verse reducida si se está frente a alguien que tiende a suprimir sus emociones o que no nos genera ningún interés".

Wood también agrega que la cultura de cada país juega un papel. "Gente de naciones históricamente más heterogéneas, en donde conviven muchas culturas, como EE.UU., Australia o Chile, son más expresivos emocionalmente que las personas de países más homogéneos, como sucede en Asia o África".

La habilidad para reconocer las emociones ajenas puede fallar en personas que padecen una parálisis facial debido a un derrame cerebral, así como en quienes tienen trastornos del espectro autista.

Según las autoras, conocer mejor el funcionamiento de este mecanismo puede servir para diseñar mejores tratamientos para ese tipo de trastornos.

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