EM, VCyT, 18-04-16
M. Cordano
M. Cordano
Es simple: un alumno con sueño no rinde. Malo para el
estudiante que fracasa, para la familia que paga y para la
universidad con acaba con zombies en lugar de alumnos. Camarón que se duerme ...
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Quedarse hasta muy tarde estudiando puede ser un
arma de doble filo si se vuelve una costumbre, advierte Shannon Hanby. "El
sueño es esencial para la salud y está estrechamente vinculado al éxito
académico. Cuando se duerme, los recuerdos se consolidan y almacenan, la
capacidad de concentración se restaura, los músculos se recuperan, el
metabolismo se regula y la salud mental se mantiene estable", plantea la
encargada del programa de sueño de la Universidad de Texas en Austin. "Las
investigaciones muestran que los estudiantes que no reciben suficiente sueño
obtienen peores resultados académicos que aquellos que duermen 7 a 9 horas cada
noche", agrega.
La institución estadounidense es uno de varios
establecimientos del país que en el último tiempo han optado por tomar medidas
concretas para que sus alumnos descansen más. En su caso, la universidad creó
un mapa interactivo que muestra los mejores lugares para dormir una siesta en
el campus. Se accede a ellos a través de la página web de la institución, e
incluye fotos y reseñas hechas por los alumnos.
La misma iniciativa funciona en la Universidad de
California Davis. "Los estudiantes evalúan cada lugar en una escala que va
del uno al cinco en base a características como comodidad, limpieza,
accesibilidad, seguridad y ruido", cuenta sobre sus mapas interactivos
Merril Lavezzo, encargada del programa de salud de esta casa de estudios. Destacan zonas como las hamacas ubicadas en el patio
de la Facultad de Letras, o los muebles más cómodos para cerrar los ojos en la
biblioteca.
Aislados
Para asegurar que sus alumnos estén bien descansados
y rindan mejor, universidades como la de Miami, Washington State y Wesleyan han
instalado cápsulas de aislamiento -muebles en los que la persona se reclina y
que permiten cubrir su rostro- en sus bibliotecas y salas de estudio. Desde que
fueron instaladas en agosto de 2015, Jimmy Francis, director del Departamento
de Recreación Estudiantil de la Universidad de California State en Northridge,
calcula que en sus seis cápsulas "se han tomado 3.800 siestas".
En el caso de la Wake Forest University, no hay
límite para que los estudiantes descansen en los asientos reclinables que
tienen disponibles: la universidad mantiene su "ZieSta Room" abierta
las 24 horas.
"Es un espacio especialmente habilitado en una
de nuestras bibliotecas, que se mantiene abierto incluso cuando esta cierra. Lo
habilitamos con casilleros para que los alumnos se aseguren de guardar sus
pertenencias y descansen sin preocupaciones", comenta Susan Smith, su
supervisora.