EM., VCyT., 22-05-13
"El mayor error que pueden cometer los padres
es permitir que sus hijos escapen de las situaciones que les hacen sentir
ansiedad", dice Anne Marie Albano, académica en Psicología Clínica de la
Universidad de Columbia. "Evitar esto es la llave para que la ansiedad
progrese, empeore y se mantenga adherida al niño".
Este es el tema que trata la experta -que se ha
especializado en trastornos del estado de ánimo en niños y adolescentes- en su
más reciente publicación, You and Your Anxious Child (Usted y su hijo ansioso).
Tal como la estadounidense cuenta a "El
Mercurio", su objetivo es ayudar a los papás a detectar los signos de la
ansiedad y cómo aplicar ciertas técnicas que van desde ejercicios de
respiración hasta animar a los niños a enfrentarse a situaciones angustiantes
por sí mismos. "Esto puede ser dormir solos en su propia cama, hacer
nuevos amigos, rendir una prueba en el colegio o inscribirse para un campamento
de verano", cuenta a modo de ejemplo.
Para estar atento.
Aunque la experta dice que la ansiedad es una
emoción natural y propia del ser humano, que se va disipando a medida que
aumenta la experiencia, hay ciertas conductas en los niños frente a las cuales
los padres debieran estar alerta.
Cuando buscan la manera de evitar situaciones -como
no querer ir al colegio o a una fiesta de cumpleaños- o cuando muestran señales
de angustia, tales como llanto, temblores e incapacidad para concentrarse o
dormir, son algunos ejemplos.
También hay que prestar atención a la duración de
estos episodios y a qué tanto interfieren en la vida cotidiana y no permiten
realizar las típicas actividades que hacen otros niños de la misma edad.
"Lo natural es que los padres traten de
consolar a sus hijos y arreglen el problema", dice Albano. Sin embargo
advierte: "Hay que meterse más cuando los niños son más pequeños o están
experimentando algo por primera vez".
La especialista también aconseja detenerse por un
momento y examinar la conducta que se está teniendo frente a estas situaciones.
"La niñez y la adolescencia son etapas para equivocarse y aprender de los
errores. De esta manera los niños van a aprender a ser más independientes, van
a tener más autoconfianza y van a saber cómo manejar situaciones de ansiedad de
mejor manera".
Sin embargo, también hay niños que experimentan este
tipo de episodios de manera más intensa y excesiva, y es necesario buscar ayuda
externa, según aconseja la especialista.
"En estas situaciones siempre hay que comenzar
con una terapia psicológica. Pero incluso hay casos más graves donde tener que
ir al psicólogo puede ser demasiado difícil y traumático para un niño. Ahí es
cuando entra en juego la medicación", cuenta.
Eso
sí, advierte que la recomendación es que los remedios siempre vayan acompañados
de la terapia, ya que, según cuenta Albano, la combinación de ambos es lo que
da mejores resultados.